jueves, 23 de junio de 2011

¿Por qué nos cuesta decir "NO"?

La declaración de “no” es una de las declaraciones fundamentales de la vida. Decir “no” es poner límites; es constituirnos como seres autónomos, libres, que saben lo que quieren y pueden hacerse respetar.

Cuando decimos “no” y otro no respeta nuestra negativa, nos sentimos avasallados. Cuando queremos decir “no” y no nos atrevemos, vemos menoscabada nuestra dignidad como personas.

Con frecuencia, el precio de decir “no” es alto, especialmente cuando otros nos piden algo contando con nuestra aprobación. ¿Estamos dispuestos a pagar el precio de decir que “no”? ¿Somos capaces de decirle “no” a los deseos ajenos que no encajan en nuestra vida, aceptando que otros se enojen por eso?

Cuando decimos “no”, ¿experimentamos culpa, o sentimos la satisfacción de ser fieles a nosotros mismos?



Jorge Guasp

No hay comentarios:

Publicar un comentario