miércoles, 16 de enero de 2013

¿SOMERO O PROFUNDO?

Sólo podemos advertir cómo es el interior de un lago si el agua está en calma, y es cristialina. Las aguas turbias nos confunden: no sabemos si debajo de ellas se esconden piedras, animales peligrosos, un abismo insonda...ble, o si sólo estamos ante unos pocos centímetros de profundidad. Lo mismo sucede con las personas. Las que tienen conductas oscuras, y nunca están serenas, nos inspiran desconfianza. Quienes por el contrario son transparentes, claros en su expresión y calmos en su proceder, cosechan nuestra confianza.

La profundidad de las personas no depende de lo que ellas dicen, sino de lo que nos muestran, es decir, de lo que podemos ver en ellas por detrás de su comportamiento. Los sabios suelen hablar poco. Sin embargo, la sabiduría se reconoce en su mirada, y su profundidad, como la del agua clara de los lagos, se advierte de inmediato. Es posible ver el fondo de su alma con sólo asomarse a las aguas cristalinas de sus ojos. Y esa profundidad les otorga un poder que el intelecto no lograr entender.

Jorge Guasp
Imagen: esencia-gorka.blogspot.com

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